¿Qué es verdaderamente la Navidad para ti?
Es momento de regalos, de decoración, de felicidad de niños, de estrés , es el verdadero festejo cristiano? ¿Qué es realmente la Navidad para ti?
Cuando era chiquita amaba la Navidad y no era precisamente por los regalos. Miraba las lucecitas y árboles como cautivada.
Me crié junto al mar, en un Piriápolis muy tranquilo y muy loco en verano donde tuve una niñez hermosa. Me acuerdo del olor a jazmín, del calor. de las noches con mucho ruido a chicharras y con muchos bichitos de luz que salíamos a cazar y que ya no existen. Me acuerdo de tirarme en el sillón de living con las luces apagadas y ver el árbol de Navidad encendido Me daba una sensación entre nostalgia y paz, emociones raras para una niña de 8 o 9 años que, se supone, aún no debe sentir nostalgia de nada.
Pasábamos Nochebuena en familia, en el hotel familiar con padres, abuelos y muchas niñas porque somos 3 hermanas y 3 primas, todas mujeres. Aquello era un mágico aquelarre.
Pero algo pasó.
Empezaron a partir almas amadas y las sillas empezaron a quedar vacías. Mis abuelos, amigas de mi madre que eran como mis tías, una de mis hermanas se fue a vivir al exterior y no siempre pudo venir. Me fui “resintiendo” con la Navidad. La empecé a vivir con tristeza. Me enojé con ella y no la perdoné nunca más.
El nacimiento de mis sobrinos y luego de mi hija quisieron mejorar la cosa un poco pero no alcanzó
He pasado años peleada con esta fiesta, con las compras y regalos de más y con la locura generalizada que vive todo el mundo a fin de año. La Navidad me hacía poner triste, Punto final.
También hay toda una “interna” sobre dónde una pasa, con qué familia, cómo se “divide” entre los familiares, etc. Está la famosa frase de “hay que pasar con quien uno quiere”. Pues no es tan fácil cuando comenzás a formar tu propia familia pero aún viven tus “ancestros” y ni que hablar cuando hay familias ensambladas.
Hace unos años y con el desarrollo de mi veta “crafter” y la de escribir (algo que siempre hice) me acerqué a ella desde un lado más lúdico y luminoso. Las tarjetas y decoraciones me atraparon y empecé a mirar todo de otra manera. La buena manera.
Los 8 de diciembre para mí son sagrados, se arma el árbol pase lo que pase y es una tradición que me entusiasma y me llena de felicidad.
Hoy elijo vivir la Navidad diferente,
Las sillas que quedaron vacías son irremplazables pero de nada servirá que yo ande enojada con una celebración.
Me tendré que quedar con la mitad del vaso navideño lleno y no con la mitad vacía.
Este año voy aprontando mi diario de Navidad para documentarlo debidamente, con fotos y escritura, aprovechando que aun mi niña de 8 años cree en la magia que solo existe si nosotros creemos en ella.
No quiero vivir más navidades rogando para que ya sea 26 de diciembre. Hoy no elijo la desesperanza, no la quiero más.
Hola Navidad: nos damos una segunda oportunidad?